lunes, 26 de abril de 2010


La despedida.

Esto debía haber sido el final pero es el comienzo. En esta ocasión será el pricipio. Este día fue mi último día de labores en la Univa, mi universidad tan querida. Este es el inicio de una nueva etapa de mi vida pero seguramente será la final. (Parece un enredo.)

Rodeado de mis compañeros maestros y de mis queridísimos alumnos fui despedido entre risas, discursos, abrazos y mariachis y bailongo. Fue muy curioso de las melodías pedidas por el que despedían, ninguna supieron cantar los mariachis. Imaginen la clase pero hicieron un buen esfuerzo y eso valió la pena.

Fue una despedidia llena de remembranzas, palabras dichas con mucha calidez, recuerdo de anécdotas chuscas, alegría, sinsabores y mucho más.

Y así inicié mi etapa de desempleado.


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